El agua como fundamento de vida en los pueblos zapotecos del Valle
En Santo Domingo Tomaltepec la gente grande mantiene los nombres en zapoteco de los ríos y los cerros de la comunidad, estos saberes mantienen el carácter sagrado del territorio y la vitalidad de la lengua zapoteca. Dentro de los nombres de los ríos se encuentran los siguientes: Lenguuguel, Lenguugueek, Lenguugüisk, Lenguubésh, Lenguurush, Lenguubiú.
La "Cola de la Presa"(Archivo fotográfico IDAS, 2020)
En la tradición mesoamericana los cerros y los ríos estaban ligados a una filosofía de vida en la que el ser humano mantenía vínculos sagrados con su lugar de origen. Cerros y cuerpos de agua se consideraban entidades sagradas y no recursos para ser explotados.
En el río de sangre, todavía se bañan. El río se lleva toda la enfermedad dice la gente, por eso todavía se bañan en él (Entrevista, julio de 2022).
En la actualidad, los conocimientos y la identidad territorial prevalecen, a pesar de las presiones migratorias. Son una fuente de fortaleza y un recordatorio de una ética ambiental basada en conocimientos ancestrales. El territorio se abraza en la memoria y existe el recuerdo de prácticas asociadas a este poderoso vínculo con el lugar en el que se tejió la historia de la comunidad y en el que se construían con las propias manos las casas que se habitaban.
-El umbral o la placenta se enterraba en el piso, se envolvía en un pañal y se enterraba en la tierra.
-Antes cuando se caía el ombligo se colocaba en un pocito de las casas de adobe y ahí se quedaba.
(Entrevistas, julio 2022)
Como en otras comunidades zapotecas del valle, todavía existe el recuerdo de la que quizá fue la última generación nacida con parteras tradicionales. La última que hubo en Santo Domingo murió hace varios años. El uso del temazcal era fundamental para los cuidados de la cuarentena (periodo posparto), pero también se usaba de manera regular para evitar y atender enfermedades. Las señoras grandes nos contaron que mucha gente se pudo haber atendido mejor del COVID si todavía se utilizara el temazcal.
Los temazcales se ubicaban en algunas casas que ofrecían este servicio a las personas que lo requerían, se acarreaba la leña, el agua y las hierbas que se ocuparían y a veces había fila para esperar poder entrar. Esta forma de bañarse y de curarse tiene antecedentes precolombinos y su utilización sobrevivió cientos de años en los Valles Zapotecos (Thiemer-Sachse, 2000), hasta que en el siglo XX su utilización tradicional comenzó a mermar y hoy se encuentra casi extinta.
En el temazcal, el agua juega un papel fundamental, entra el vapor del agua buena y sale el agua mala del cuerpo, hay renovación y fuerza para continuar con la vida y/o para emprender nuevos caminos y responsabilidades como en el caso de una mujer que acaba de parir.
De estas memorias se desprenden las reflexiones y prácticas ligadas al cuidado del agua y del territorio. En Santo Domingo la transmisión intergeneracional de estos saberes ocurre a través del involucramiento de las infancias y las juventudes en las prácticas agrícolas, pero también en la organización y participación en las festividades. Este repositorio digital es un esfuerzo por colocar estas memorias en medios electrónicos que permitan que el territorio se expanda y se comparta con las generaciones que ahora pasan tiempo en estos medios y con quienes se encuentran lejos del terruño y siempre encuentran caminos para conectarse con las memorias y cotidianidad de la comunidad.
Pieza zapoteca del préclasico de Santo Domingo Tomaltepec
Nombrar los cuerpos de agua y el territorio en zapoteco; memoriar al temazcal y las prácticas ligadas a la partería tradicional; salir al monte a recoger frutas y quelites; recolectar plantitas medicinales son elementos centrales de una filosofía comunitaria en la que el agua, los cerros, el campo, sus plantas y animales merecen respeto, protección y cuidados.
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